Altza en la prensa del sigloXIX

« Propuesta de hacer de Pasajes San Pedro, Pasajes San Juan, Ancho, Molinao y Alza un solo municipio Hundimiento del acueducto que abastece San Sebastián cerca de Miracruz y reflexión sobre el agua »

Hundimiento del acueducto que lleva a San Sebastián las aguas de Choritoquieta

La Voz de Guipúzcoa – 1891-04-07

El derrumbamiento de ayer

Ayer a las tres de la madrugada ocurrió un desprendimiento de piedra y tierras en la trinchera N, kilómetro 625 de la vía férrea, o sea en las inmediaciones de La Herrera y túnel del tranvía.

El derrumbamiento debió ser terrible, sólo así se comprende el que en su caída arrastrase parte del acueducto de Miracruz que servía para la conducción de aguas a nuestra ciudad.

El primero que se apercibió de la catástrofe fue el guarda de la vía Severiano, sólo comparable con el producto por el disparo de varios cañones, se acercó provisto de un farol y con grandes precauciones al lugar donde había ocurrido el desprendimiento, encontrándose con la vía interceptada por grandes moles de piedra; dos de los principales arcos que formaban el acueducto habíanse venido a tierra, así como parte de la falda del monte donde existe el túnel del tranvía.

La cañería que iba por el acueducto, había quedado totalmente destruida, y un torrente de agua precipitábase furiosa por entre las ruinas del mismo; en la vía se calcula que habría de 5 a 6.000 metros cúbicos de la masa desprendida.

El guarda Salinas, lleno de espanto, corrió a dar aviso al capataz de los obreros que se emplean en la construcción de la doble vía en el kilómetro mencionado, el cual estaba durmiendo en una barraca inmediata al lugar del suceso. Éste a su vez ordenó que se levantaran varios trabajadores que dormían bajo el mismo techado, y todos juntos se dirigieron al lugar del suceso.

Mientras tanto el tiempo trascurría y se iba acercando la hora de pasar algún tren, así es que lo primero que se hizo fue enviar uno de los obreros a dar aviso de lo que sucedía a la estación de San Sebastián, para evitar el que ocurriese una segunda catástrofe, puesto que el tren mixto numero 41 que nace en Beasain y sale de nuestra ciudad a las seis de la mañana, podía muy bien chocar contra la mole que había interceptado la vía.

Otro trabajador fue con igual misión al depósito de aguas de Choritoquieta dando orden para que cortasen el conducto.

Estos preventivos avisos sirvieron de algo; el tren detuvo su marcha en la estación de San Sebastián y el depósito de aguas quedó cerrado, evitando así el que el primero sufriera un descarrilamiento y el que el segundo inundase todo el campo.

La noticia corrió como un rayo por nuestra ciudad y los tres Pasajes, y en las primeras horas de la mañana ya se veía en el punto donde ocurrió el desprendimiento un gran gentío.

El jefe de la estación D. Ismael García, después de haber dispuesto que los viajeros que llegaron en el tren 41 fueran conducidos en los coches de la Central y del tranvía a Pasajes, donde se había formado un tren extraordinario, se traslado al lugar de la catástrofe; a poco llegaron el alcalde de esta ciudad D. Víctor Samaniego, el ingeniero jefe de las obras del ferrocarril, Sr. Grasset; el arquitecto municipal señor Barrio y el ayudante Sr. Muguerza.

El Sr. Grasset reconcentró allí todos los trabajadores empleados en la vía y se empezó a practicar el reconocimiento de los arcos que habían quedado en pie, así como las obras de desescombro.

La compañía del tranvía puso a disposición del jefe de la estación los carruajes y personal necesario, que fueron utilizados para el trasbordo de viajeros de Pasajes a San Sebastián y viceversa, desde el primer tren-correo de Francia.

El servicio de trenes por la mañana se hizo en la siguiente forma:

El tren 41 que sale a las seis de nuestra ciudad, y que como ya dejamos dicho quedó detenido en la estación, emprendió la marcha hacia el acueducto de Miracruz a las siete de la mañana; al llegar a la infranqueable barrera se detuvo y esperó al tren-correo que viene de Irún recogiendo los pasajeros, equipajes y correspondencia que traía, sirviéndose de las vagonetas y coches del tranvía para efectuar el trasbordo.

El tren que llega aquí a las nueve y media, procedente de Madrid, quedó detenido en esta estación; los pasajeros y demás fueron trasladados a Pasajes en los coches del tranvía.

Han quedado suspendidos los trenes de mercancías que no circularán hasta tanto que la vía quede expedita; el jefe de la estación telegrafió a los de Beasain y Alsasua para que no admitan mercancías con dirección a Francia, hasta nuevo aviso.

A haber ocurrido el hundimiento en el momento de pasar un tren por debajo del acueducto lo habría hecho astillas; por fortuna no ha sucedido así, y aun cuando las pérdidas materiales son de gran consideración, debemos congratularnos de que no haya ocurrido desgracia personal alguna.

Corren tantos y tan diversos rumores sobre las causas que han motivado el derrumbamiento, que omitimos el hacernos eco de ellos hasta que no se conozcan los informes periciales, que son los que verdaderamente pueden dar luz en este asunto.

Es digna de elogio la conducta del jefe de la estación D. Ismael García, que se multiplicó por acudir a todas las partes con una actividad pasmosa, sabiendo con su galantería y amabilidad dejar satisfechos a los descontentadizos viajeros, a quienes los trasbordos suele ponerles de un humor de todos los diablos por las molestias que se les originan.

También merece nuestro aplauso el ingeniero jefe señor Barrios por las acertadas medidas que tomaron en los primeros momentos para evitar ocurriese alguna desgracia personal si, como se temía, continuaba el desprendimiento del acueducto.

 

— Anoche se pensaba volar con dinamita uno de los arcos que ha quedado en pie, por amenazar ruina; ignoramos si se habrá llevado a cabo dado el mal estado del tiempo.

— Al ocurrir la catástrofe tenía el depósito de aguas de Ulía unos ocho metros; ante el temor de que se careciese de ella, la alcaldía ordenó que fueran cerradas todas las fuentes que continuamente arrojan agua, así como los abrevaderos.

También se publicó un bando participando al vecindario que mientras no quede restablecida la tubería del depósito de Choritoquieta, se cerrarán las fuentes desde las diez de la noche hasta las cinco de la mañana, durante cuyas horas trabajarán un buen número de obreros en la recomposición de la cañería.

— No obstante desplegarse gran actividad para dejar la vía expedita, se calcula que transcurrirán de ocho a diez días, durante los cuales el servicio de trenes se hará en la siguiente forma:

Al tren 41 que saldrá de Pasajes a las seis de la mañana, bajarán dos ómnibus y un camión con los pasajeros y mercancías.

El punto de partida será de la plaza Vieja.

Al tren-correo de Francia número 12, que morirá en Pasajes, estarán esperándolo en aquella estación tres ómnibus y tres camiones.

Los pasajeros que llegan a nuestra ciudad a las nueve de la mañana en el tren número 21, serán conducidos a Pasajes por dos ómnibus y dos camiones.

El exprés que llega aquí a las 11,20, morirá en esta estación, y los viajeros serán conducidos a Pasajes en tres ómnibus y dos camiones.

El exprés de Francia número 2, llegará a Pasajes a la 1,30; los viajeros equipajes serán conducidos en tres ómnibus y dos camiones.

El tren mixto número 24 llegará a Pasajes a las 3,35 de la tarde; esperarán a los viajeros dos ómnibus y dos camiones.

El tren correo número 13 llegará a San Sebastián a las 7,03 de la tarde, siendo trasladados los viajeros y equipajes en cuatro ómnibus y tres camiones.

El tren 40 llegará a Pasajes a las 9,40 de la noche, los viajeros y equipajes serán trasladados a nuestra ciudad en dos ómnibus y un camión.

Por último, el sud-exprés llegará a San Sebastián a las 10,15 noche; los viajeros y equipajes serán trasladados a Pasajes en dos ómnibus y un camión.

A todos los trenes asistirán además dos coches del tranvía y las vagonetas que sean necesarias.